Raíces de viento IV

Xabier Osarte Garayoa

PADRE NUESTRO

Padre nuestro,

agua o viento, nada o pensamiento,

quimera o engaño, que convives tímido y sereno,

en el  hospital con el enfermo, en el tajo con el jornalero,

en el taller con el carpintero, en la plaza con el pregonero;

purificado sea tu aliento,

entre panes y frutas maduras, entre muros y celdas de clausura,

entre auroras con luces mudas, entre estrellas y almas puras;

venga, sí, tu reino, con el viento,

al hijo y al pueblo desnortados, al pobre y al ladrón desolados,

al necio y al sabio marginados, al ángel y al preso condenados;

hágase tu voluntad, tierra y cielo,

en audiencias sin justicia, en cárceles con mentiras,

en ricos  con avaricia, en amantes  con envidia;

el pan de cada día, fruto tierno,

para  los de sin casa ni techo; para enfermos, sin luz ni lecho,

para putas con  grises recuerdos, para  necios con dulces devaneos;

perdona las deudas y desprecios,

del ignorante, sin ciencia; del pobre amante, con miseria;

del dócil servil, sin prudencia; del místico loco,  con  decencia;

no permitas ambición y duelo,

del sabio con su licencia, del rico con su riqueza,

del necio culto con su soberbia, del avaro hostil  con su pereza;

líbranos de mal, fruto del miedo,

que fabrica almas grises, sin sol, que seca savias verdes de amor,

que ahoga ecos sordos de temor, que borra huella y sello de dolor.

&

Amén, con almendros y con pinos,

amén, en la cárcel y en el circo; amén, con azucenas y con mirtos,

amén, por los siglos de los siglos.